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Nanosatélites: La nueva frontera espacial

En un reciente viaje a Boston tuve la grata experiencia de pasar una tarde con el Prof. Paulo Lozano, quien enseña aeronáutica y astronáutica, (“el Programa Espacial”) en MIT. Él ha estado trabajando en la creación de satélites miniatura durante aproximadamente una década, y está cerca de poner el primer grupo de ellos en órbita. En su oficina me mostró el modelo del satélite en el que está trabajando; en forma de un cubo de 10 cms por lado, pude sostenerlo en una sola mano. Me impresionó su tamaño diminuto, pero según me explicó el profesor, lo más sorprendente no es el tamaño sino la tecnología que se ha desarrollado para su propulsión.

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Desde pequeña he tenido una fascinación por los satélites. En 1995, tuve la suerte de haber sido invitada a Cabo Cañaveral para ver el lanzamiento del satélite Galaxy III-R, que le daría servicio a DirecTV Latinoamérica. Fue una experiencia muy emocionante y de mucha tensión. Nos sentamos en las gradas tarde en la noche esperando el inicio de la cuenta regresiva. En el momento que escuchamos “blastoff” y vimos el cohete dirigirse hacia el espacio, contuvimos la respiración esperando que nuestro satélite lograra ponerse en órbita. Las probabilidades no eran buenas, aproximadamente un 30% de los lanzamientos no tienen éxito, afortunadamente el nuestro lo logro. Esto fue el inicio de la televisión por satélite en la región.

Desde entonces no había cambiado mucho el terreno de la tecnología de los satélites, el tamaño se redujo un poco y la comunicación con la tierra había mejorado, pero lo que está a punto de ocurrir con los nanosatélites es verdaderamente disruptivo.

Los Nanosatélites, por definición, pesan hasta 20 libras. Su producción es menos costosa debido a que requieren menos material y se pueden lanzar enganchados a cualquier otro vehículo de lanzamiento. Pero las ventajas y la disrupción van mucho más allá del precio. Se puede, por ejemplo, lanzar muchos nanosatélites al mismo tiempo en una formación llamada “enjambre”, lo cual permite crear una red que puede cubrir el globo terráqueo simultáneamente. A veces, los enjambres necesitan de un satélite “madre”, más grande para comunicarse con controladores en la tierra o para el lanzamiento y acoplamiento de nanosatélites mientras están en el espacio. Esto, sin embargo, es sólo posible debido a las investigaciones realizada por el Prof. Lozano quien determinó cómo construir pequeños microactivadores (literalmente del tamaño de un microchip). Al poder incorporarle un sistema de propulsión, los nanosatélites ahora pueden operar en orbitas más altas y durante periodos más largos.

Bringing Space Down to Earth

El establecimiento de estas redes de satélites significa que los investigadores, (como los de Google Earth, por ejemplo), ya no tienen que esperar para que el globo terráqueo gire de modo que el satélite vuelva a la órbita para recoger información sobre un lugar geográfico en específico. A través de RapidEye Earth-imaging Satellites cada zona del globo podrá ser explorada cada 3 horas y media en vez de cada 24 horas. Imaginemos ahora con cuanta más rapidez las naciones podrán reaccionar antes de desastres naturales, cuanto más fácil seria monitorear y controlar las fronteras. El solo hecho de que cualquier país tendrá la posibilidad de adquirir un programa de satélite para estos propósitos es increíble.

Más allá de cómo los nanosatélites ayudarán a monitorear la tierra, me maravilla ver cómo afectará la industria del entretenimiento y las comunicaciones.  Mientras vemos a AT&T comprar a DirecTV por 48.5 billones de dólares, tenemos que imaginarnos lo diferente que serían estas dos empresas si hubieran sido creadas utilizando nanosatélites. Nos hace preguntarnos, ¿qué exactamente está comprando AT&T? Deben ser el contenido y los usuarios, porque la tecnología parece perder relevancia y posiblemente pasara pronto a ser obsoleta.

Así como con los drones personales, siempre está el lado oscuro que acompaña la accesibilidad. Es atemorizante pensar que cualquier persona podría tener su propio nanosatélite muy pronto, y no dudo que surgirán muchas preocupaciones de seguridad; por ejemplo, espionaje.

Estoy segura que los nanosatélites del Prof. Lozano tendrán un grandísimo impacto en el programa espacial de la NASA, pero también observo con detenimiento como se desenvuelven otros esfuerzos.  SpaceDev de San Diego, por ejemplo, está saliendo pronto con una línea de nanosatélites. Igualmente, Satellogic, basada en Argentina, US, UK y Israel, busca “democratizar el acceso a servicios establecidos en el espacio para reducir en forma significativa las barreras existentes en la obtención de información satelital en tiempo real, y crear un nuevo nivel de conciencia a nivel mundial” con la utilización de tecnología de código fuente abierto.  Y por supuesto, como vivimos en el mundo de hoy, existen varias iniciativas provenientes de Kickstarter.

La próxima vez que piense en comprarse un drone, piénselo bien y ahorre mas bien  para comprarse un satélite personal.